En ocasiones nos preguntamos si lo que como padres-madres estamos haciendo (sobre todo en etapas tempranas) es lo correcto para estimular adecuadamente a nuestos hijos-as. Cada día existen más y más materiales que nos dan una "guía práctica" para solucionar los conflictos cotidanos con los niños-as o qué mejor, ya exite la nieñera S.O.S quien nos "viene a resolver" la dificultad.
Consideremos que como en todo, nada es totalmente azul o totalmente pardo, sin embargo es bueno tener una idea clara sobre lo que posiblemente estemos realizando. Aquí una propuesta para reflexionar:
Covarrubias, Gómez y Estreval (2005) plantean que de los diferentes estilos de relación padres-hijos (por el momento consideraremos tres:autoritario, permisivo y democrático), aquellos padres o madres con un estilo de relación autoritaria o permisiva es difícil que promuevan Zonas de Desarrollo Próximo (ZDP), o mejor dicho: oportunidades claras de aprendizaje y desarrollo de una destreza, habilidad, conocimiento, etc.. ya que, sobre todo los primeros, están más pendientes de los déficits de los niños, que de lo que potencialmente podrían hacer; y en los segundos, no hay una claridad ni sobre las capacidades del niño ni de sus limitaciones. Por lo tanto, es difícil que estén pendientes de las áreas en las cuales el niño puede estar teniendo una ZDP.
Pareciera que los padres que tienden a utilizar estrategias más democráticas al momento de corregir la conducta de sus niños tienen pequeños con un desarrollo mayor en el lenguaje y por tanto en el autocontrol que estos pueden ejercer ante pruebas de tensión. (Shaffer D.)
Recordemos que el desarrollo del lenguaje, por un lado, es de suma importancia ya que hay estudios que confirman la vinculación de éste y la inteligencia en general, por tanto cobra especial importancia sobre todo en la etapa de primeros pasos (0 a 3 años) en la cual solemos creer que los niños-as pequeños comprenden con dificultad lo que les queremos decir. El ser humano comprende muchas más palabras de las que puede expresar en determinado momento de desarrollo.
Por otra parte tenemos el desarrollo del autocontrol. Actualmente muchas de las estrategias empleadas para "moldear y modelar" la conducta tienen su génesis en factores externos, los cuales si son retirados no garantizan la continuación de la conducta deseada. Un mayor autocontrol genera mayor madurez emocional y en consecuencia conductas consideradas constructivas.
Lo antes mencionado nos da la pauta para hacer una autocrítica y tener presente qué tipo de estrategias están siendo más constantes al momento de manejar aspectos tan importantes como: desarrollo de límites, establecimiento de rutinas, implementación de normas, entre otros, ya que ello nos podría ser de gran ayuda al momento de hacer adecuaciones, considerando sobre todo, que nunca es demasiado pequeño o grande nuestro hijo-a para poder replantear nuestro estilo de paternidad-maternidad.
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Isela A.MPE
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